sin título

El viernes vino a visitarme lapna, la hermana de dpna -llegaré tarde porque el tren está parado, ha pasado algo-, con la misión de ver a unas amigas, hacer unas compras y, ya de paso, recargarnos la pila. Que si le gustó mi nuevo corte de pelo, que si lo guapa que está (más si cabe), que si mira lo que ha pasado -he visto todo, no lo esperaba, algo así como lo del principio de tesis-, que si quieres una valeriana -no me hace falta, tómatela tú-, que si vaya pescadillas me vas a provocar, que por qué me lo cuentas así, con esa crudeza... ya en casa, me compensó con la alegría por lo verde que mantenía el maceterío.

El sábado comimos en vaso y, de ahí, de tiendas. No es que a lapna le cueste decidirse, no, le cuesta encontrar su zapato -el zapato-, hay tantos y tan dispares que es difícil dar con él -lo comprendo- y eso puede resultar muy fatigoso, a la par que gratificante -te hace un refrigerio?-.

Tomamos un refrigerio, vimos a unos señores armados de banderas y viseras de cartón, que supusimos, ingenuos, fanes de lo del mundial. El merodeo de un colecótero -como moscacojonera- me recordó que no, que era mani lo que les tocaba -añoran su caciquería-. Al caer la tarde, por la gran vía, otros subían con las banderas ya envainadas, pero con sus iras desatadas, que no veas qué cosas más feas les oímos decir.

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Ya está bien.

Domingo ya -cuándo vuelves?-, uno más, me quedo con nadal. Me siento mejor. Y mejor aún cuando leo la entrevista de rosa montero a fernando grande!-marlaska en EP[S]. Qué poco me gusta dar explicaciones. Léela! y, si ya lo has hecho, pues eso.