jueves, noviembre 02, 2006

lorenas, croquetas, crepes y scoop.

...marijose puedes decirles lo que quieras, son tus ídolos, aquí están, delante tuyo... marijose estás muy nerviosa, dilo, tranquila... por favor, marijose, que no tenemos toda la noche, mujer, yo comprendo que es una situación muy emocionante, pero... venga, venga.

Sí, tengo la exclusiva. El lunes cumplió años mi hermana, pero lo celebra mañana. Bueno, mañana es la celebración oficial, porque a mí me dio una en particular. Consistió en paseos, cenas y cines. Paseos para hacer hambre, cenas para hacer tiempo y cines para disfrutar de scoop. Pasear por pasear, por el mero disfrute de hacerlo en buena compañía, me gusta y también por la conversación que desata. Hablo de los paseos que no llevan a ninguna parte, del paseo como acción de pasear, de pasear las calles, de callejear, de deambular. La prueba de lo que digo puede ser el sitio en el que cenamos y que nos salió al paso: la lorena. Bien, puede que sea algo del subconsciente, porque lo conocía, pero el hecho es que allí acabamos sin más premeditación. Elaborados caseros para una celebración entrañable, qué mejor. Lorenas, croquetas, crepes y arroz con leche. Todo muy rico. Como no quiero idealizar la cosa, también tengo que decir que hubo momentos en los que ella se limitaba a contestar las felicitaciones telefónicas, mientras yo seguía con lo del paseo, la lorena, la croqueta, el crepe o el arroz con leche. Todo ello según la circunstancia del momento de la llamada en cuestión. Mi egoísmo se veía amenazado, claro, pero se reconfortó al entrar al cine, silenciar los móviles y oír esa pieza del cascanueces con que empieza scoop (¿puede ser la danza de las chirimías?). Aún hoy, en el desayuno, nos hemos reído un rato con eso de que la angustia me hace de gimnasio... woody allen siempre merece la pena.
No, de lo de chico y chica no tengo la exclusiva. Estuvo fenomenal. La prueba de esto la pueden dar, por orden de aparición, telecine, xabi, jko, lifeonmars+, mal... y todos los que por el elástico estaban la noche de los sustos. Todo empezó cuando creí vislumbrar a telecine en el previo, justo cuando sonaba cerca de sibuya (carambola!) y con el susto, chycha de por medio, que se debió pegar cuando un extraño le ejerció un doble punzonamiento dedil sobre el hombro (para comprobar que no era un holograma, claro). Sí, es la primera vez que me presento como dpna [depena], y me sonó raro, embragado por la emoción y sin frenos como me hallaba. Desde cerca de shiblogya lo digo: cuánto me gustó conoceros a todos.
Ahora, del concierto de chycha puedo decir que no sólo no me lo perdí, sino que me lo encontré.