domingo, diciembre 31, 2006

cualquier otra parte

En las sombras te recuerdo

viernes, diciembre 29, 2006

mon oncle no es mi tío

Confío en que los silencios comuniquen porque, de lo contrario, no sabría justificar los míos... y el hecho de que se me fuera a juntar el estreno de scoop con el de cassandra’s dream me ha dado ya la suficiente vergüenza. No tengo remedio.

Ahora lo que pasa es que no sé qué decir de todo lo que no he dicho y podría haber dicho. Es la típica crisis ante el papel en blanco sumada al arrepentimiento. Lo podría solucionar no diciendo nada, pero me remitiría al estado de letargo anterior, cuando lo que quiero es salir de ahí y decir algo. Cuanto más lo pienso más difícil me parece y más valientes me parecen los que lo hacen a diario. En estas situaciones, en otros ámbitos, lo soluciono pensando en qué es lo que quiero. Y yo lo que quiero es jugar... o no dejar de jugar. Para mí hay dos clases de personas: las que me miran raro cuando digo esto y luego están las que me ponen ojos tiernos, así como diciendo... alma cándida!. Cosas serias hay muy pocas y no siempre vamos bien encaminados. Por qué malgastar seriedad con cosas que no sólo no lo merecen, sino que merecerían todo lo contrario (¿?). Bueno, sé que para resultar convincente tendría que currarme más esta tesis de barra de bar, pero todavía tengo que terminar de demostrármela. Los pasos que he dado hasta ahora son consistentes. Uno de los primeros fue colocar un cascabel junto a la cama, de tal forma y disposición que lo hago tintinear tanto al levantarme como al acostarme, aun no pretendiéndolo (que es lo importante). Puede parecer ridículo, pero a mí me lo parece todo lo demás cuando hago esas transiciones de sueños diarias y suena esa bolita ahí encerrada. Luego, los días y las noches pueden ser muy largos, pero de entrada yo ya llevo una sonrisa. Además como terapia no tiene precio... oiga, ¿a cuánto está el cascabel?.

Si por algo me gustan estos días, de tanto contacto y roce familiar, es porque me sirven como estudio y comprobación continua de estas observaciones mías de antropólogo de palo (el que cada uno lleva dentro, vamos). Y como mi tío no es mon oncle, sino que es mi tío, el mío, digo, disfruto como un enano practicando el verbal sparring con él. Y sé que, en el fondo, él también lo disfruta, aunque no lo diga (en eso está la gracia).

Y como ya hace unos años me pasara con el ni lo sé, ni me importa de ellos, creo que estos días de charnela en el calendario los voy a recordar con el sonido del último disco de dorian, el futuro no es de nadie... pero qué bonito es madre. Me está gustando tanto o más que el anterior de las diez mil metrópolis y es ya un palitroque más que apuntala mi precaria tesis de supervivencia...

Y de la vida que soñamos aún nos queda lo mejor...